Yo, embajador casado con hijos y sin embargo …
Cuando me destinaron a L no me imaginé que iba a vivir una aventura tan interesante y caliente sin embargo aquí estoy recordando lo sucedido que fue, de verdad, sorprendente.
Estoy destinado en L.. Como componente de la embajada de España en P. con mi flamante mujer e hijo que todo funcionario de embajada ha de tener.
Esto es la fachada porque la verdad que hace ya mucho tiempo que incursiono en otro tipo de relaciones que me encantan.
Me ligué a un guardia de seguridad
Especialmente me calientan los policías y los bomberos.
Pues bien aquí estoy paseando por el Shopping que hay en el barrio en que vivo, distraído y tranquilo. Suelo ir a menudo a curiosear y comprar alguna cosa.
De tanto ir por allí se me hace conocida una persona, un guardia de seguridad del shopping en el que no me había fijado antes. Y no es que no tenga motivos para fijarme, altote, moreno, machote, de fuertes muslos y, ay! cuando se volvió, generosos y «poderosos» glúteos.
Conforme voy yendo al centro comercial y estoy más atento a este hombre me doy cuenta de que me mira a hurtadillas.
Más veces voy, más me mira y cada vez con más descaro.
Por fin un día me pide fuego ( se podía fumar en ese entonces dentro del establecimiento). Le doy, me roza la mano como por descuido y clava sus penetrantes ojos negros y misteriosos en los míos.
He vivido en otras partes de Sudamérica por lo que sé que es bastante fácil acostarte con un poli o a un bombero. La excusa es el dinero, a veces, claro. Lo que sucede después queda cubierto por ello y eso sí, siempre hacen de activos, o eso dicen…
Las copas … sólo fuera de servicio
Así que le digo: te invito a tomar una copa, ¿a qué hora terminas? Rápidamente acepta y , terminado su turno
Paso a recogerle con el coche, vamos a un bar a tomar algo para calentar motores y calmar el nerviosismo que, a pesar de mi experiencia, me invade.
Al volver del bar, me paro en un parque cercano solitario y le miro. Me sonríe, mi mano se acerca a su entrepierna y bajo la cremallera de su pantalón para descubrir un pene hermoso, erecto, sobre el que me abalanzo y beso y chupo hasta que este hombretón, todo entre jadeos de placer. En un momento, todo se acaba.
Le doy unos billetes, para que se tome una copa a mi salud, le digo. Los acepta y me cuenta que está casado, con tres hijos pequeños y que es policía y hace este turno para completar su sueldo que, como policía no es mucho.
Saber que es policía me calienta aún más de lo que ya estoy, y eso que el uniforme de guardia de seguridad también le queda muy bien aunque a juzgar por lo que señalaba su fuerte culo y sus piernas, un poco ajustado. Me gustaría verte vestido de policía algún día, le digo. -¡Me verás! me contesta.
Y aquí nos despedimos satisfechos y sonrientes.
Comienzan las visitas
Un día estoy en casa y el portero del edificio me llama por el telefonillo, portero que para mi se la come también…pero esa es otra historia. [La historia de Raúl, mi portero gay]
-Aquí hay un policía que pregunta por Vd. -Me dice.
Le digo que suba, un poco curioso e inquieto. ¿Un policía? Cuando abro la puerta me lo encuentro, el guardia de seguridad, ese hombretón hermoso, vestido de policía. Se arroja sobre mí y cierra la puerta.
Me besa apasionadamente, yo muy gratamente sorprendido, porque mi experiencia anterior es que se la dejan mamar, te follan pero nada de besos.
Me empuja hacia el interior de la casa, le digo. ¿Qué haces? Mi mujer puede venir. No, me dice, la he visto en el shoping con el niño y unas amigas, iban al cine, así que tenemos tiempo …
La cama nos espera …
Le llevo al dormitorio y allí me dejo desnudar mientras le desnudo a él, descubriendo su fuerte y velludo pecho, sus piernas fuertes su hermoso culo que no había visto antes y sí, su polla dura como una barra de hierro candente.
Me abalanzo sobre esta polla hermosa, caliente, él tumbado sobre la cama, y se la chupo así como los huevos. No puedo vencer la tentación de chuparle el culo, le chupo le chupo le meto la lengua en ese rosado culito y él se va dando la vuelta y me lo va entregando hasta que me dice: Cogeme! cogeme!
Sorprendido pero encantado le voy penetrando despacio hasta estar dentro de él por completo .Se retuerce y jadea de placer, golpea sus nalgas contra mi vientre en un deseo loco de no dejarme escapar ,yo extasiado disfruto de ese culo poderoso y me lleno de placer y ternura viendo a aquel hombretón sometido , entregado al placer que le doy. Se lo doy y se la quito en un juego perverso de placer y ansia. Cogeme! Cogeme! No pares me dice cuando me retiro.
Finalmente arrebatado de placer acabo en él y acaba él también.
Cuando terminamos me mira, un poco avergonzado, «es mi primera vez», me dice. Le beso y acaricio su cara, pero no será la última vez, le digo con una sonrisa.
No, no será la última, me dice cariñosamente.
Nos despedimos con un dulce beso. Aún estoy en las nubes, casi no puedo creer lo que ha ocurrido.
Pero ha ocurrido y por suerte ocurrirá de nuevo.
Mi poli caliente …
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