RELATOS GAY | HISTORIAS | INFORMACIÓN LGBT | FOTOGRAFÍAS Y ANÉCDOTAS | HUÉSPEDES GAYS | HOTEL LA PUERTA NEGRA | MONTEVIDEO | URUgUAY
SECRETOS DEL HOTEL GAY: RELATOS GAY Y NOVEDADES
Log in
Área privada

Historias de amor entre hombres – Embrujo de amor

Juan tiene novia, pero conoce al turco …

Me llamo Juan y tengo 25 años bien aprovechados. Soy alto, de cuerpo fuerte gracias al gimnasio en el que me castigo todos los días , espaldas anchas y brazos y piernas fornidos. Creo que no estoy mal y el éxito que tengo con las chicas, un poco me lo confirma. También, soy un poco creído, he de reconocerlo, y me gusta que sentirme admirado por mi físico.

Estoy en el último curso de carrera, tengo una novia muy guapa con la que llevo saliendo, ya cuatro años, y el futuro se me presenta llano y  prometedor, o eso creía,  matrimonio, trabajo en la fábrica de mi padre y una vida por delante para disfrutar.

Mi historia empieza aquí

Vivo en un bonito barrio de la ciudad de … cuando  en la calle que vivo con mis padres, muy cerca de mi casa, abrieron una tienda esotérica. Imágenes, velas, inciensos, amuletos de buena suerte, cartas de Tarot etc.

A mí esas cosas siempre me han parecido una tontería pero como solía pasar por allí con mi novia, me paraba con ella muchas veces en el escaparate  para curiosear . Ella sí era aficionada a estos temas y estas cosas le encantaban.

En una ocasión ella quiso entrar para comprar unos inciensos. El propietario, nos atendió muy amable. Se trataba de un hombre de unos cuarenta años, moreno, de aspecto agradable y tez morena, pelo negro y bonitos ojos castaños. Se diría que  era turco.

Como aficionado al gimnasio que soy me fijé en sus brazos fuertes, anchas espaldas y su planta, este hombre es aficionado también al gym, pensé. Hicimos las pequeñas compras  que quiso mi novia y salimos.

El dueño de la tienda me invitó a un té

Al estar tan cerca de casa de mis padres, necesariamente pasaba muchas veces por delante de la tienda. Así que pronto empezamos a saludarnos.

En una ocasión que pasé por allí él me saludó y me invitó a entrar. Voy a preparar un té, te gustaría compartirlo conmigo? Me preguntó. Dudé un momento pero acepté.

Después me alegré de haberlo hecho, la conversación de este hombre era interesante y amena, había viajado mucho y sus historias me resultaron interesantes y entretenidas. Había algo además en el aire, un aroma un ambiente que sin saber porqué me hacía sentir muy a gusto.

A partir de ese día las veces que pasaba por allí y no estaba ocupado con clientes, entraba y compartíamos un té o simplemente una conversación en la trastienda. Empecé a buscar las ocasiones de visitarle, me sentía muy bien con aquel hombre. Sus historias su acento ,su agradable compañía, su simpatía. También sin saber porqué empecé a ocultar a mi novia esos encuentros. ¿Por qué? … no lo sabía!

Comenzó el misterio en mi vida

En una ocasión estuvimos hablando de los filtros de amor, de los amarres, él me hablaba de las formulas, de los rituales , yo le decía que era escéptico, que esas cosas no existían y así estuvimos disertando amigablemente riendo y bromeando.

Y así se iba afianzando nuestra amistad. Pero yo cada día estaba más deseoso de que llegara el momento de encontrarnos y compartir el tiempo con él. Así que después de estudiar cerraba mis libros y me acercaba a la tienda a charlar.

En una ocasión se hizo bastante tarde y él me dejó un momento en la trastienda para cerrar el negocio y apagar las luces. Como estaba demorando un poco me puse a ojear los objetos cartas y demás artículos que se hallaban expuestos en las estanterías. Estas estanterías estaban dispuestas de modo que formaban pasillos no muy anchos. Y aquí sucedió algo que yo no esperaba.

El Turco como yo lo llamaba me pidió paso para acomodar unos objetos que se encontraban en el pasillo en que yo estaba; sin quererlo, o queriendo, al pasar quedamos uno frente al otro. Mi misma altura, su cara frente a la mía sus ojos frente a los míos, sentí su aliento en mi cara sus ojos que me miraban dulcemente.

Un fuerte calor subió por mi cuello, me flaquearon las rodillas y de repente me encontraba abrazado a él besando sus labios revolviendo sus cabellos con mis manos, un fuego me abrasaba la entrepierna. Nos acariciamos apasionadamente, nos besamos con furia como si quisiéramos devorarnos. Nuestras manos se entrelazaban y se soltaban para seguir explorándonos, los fuertes muslos sus nalgas, duras como una piedra, su pecho velludo y fragante. Y así seguimos besándonos, acariciándonos, descubriendo nuestros cuerpos hasta llegar al éxtasis.

Después de la batalla seguimos abrazados acariciándonos con ternura y cariño durante largo rato. Finalmente nos separamos.

Aquello no había sido un polvo loco e inexplicable, estaba enamorado.. Mi futuro ya no era llano y previsible como lo había sido y me sentía en un mar de  dudas.

Solo tenía una cosa clara: Cada día después del estudio, que llevaba a duras penas, me dirigía a la tienda del Turco y allí nos amábamos hasta caer rendidos. Nos prometimos amor eterno y empezamos a hacer planes para el futuro, todo entre dulces besos y caricias.

Lo de mi novia se fue enfriando

A partir de ese día la relación con mi novia se enfrió como por encanto; nuestra relación se deterioraba a pasos de gigante A duras penas podía disimular la frialdad con mi novia de lo cual ella evidentemente, pues no era tonta, se daba cuenta. Me preguntaba qué había pasado, que me pasaba a mí , la pobre estaba desesperada.

Tanto es así que ya sin saber qué hacer y sin conocer mi relación con el Turco se fue a la tienda esotérica, había decidido comprar un filtro de amor y encargarle  un amarre urgente para recuperarme.

El turco usó todas sus habilidades

Así se lo expuso al Turco quien aceptó el encargo y en ese mismo momento respondiendo a la urgencia del asunto  le hizo los rituales requeridos; por lo largo de éstos la invitó a tomar un té mientras todo ello se llevaba a cabo. Finalmente, terminados los ritos, pagado el precio y habiéndose hecho muy tarde ella salió atolondradamente de la tienda cayendo de bruces sobre un chico que pasaba por delante.

Mi novia dejó de llamarme, lo cual agradecí y así fue pasando el tiempo  disfrutando aquel amor apasionado que había cambiado por completo mi vida.

Porqué, como por encanto, se enamoró de este chico apenas conocerlo y se prometió con él olvidándose de mi rápidamente no lo sabemos … o sí.

Entradas relacionadas

3 comentarios